Otro de los rincones a los que nos acercamos en nuestro periplo asturiano fue la Playa de la Huelga, la cuál me sorprendió enormemente ya que estaba incrustada entre dos enormes paredes.

Fue una pena de sesión, puesto que la marea estaba alta y la puesta de sol quedaba a nuestras espaldas (hay el guía local, qué poca anticipación ;-))
Pasé casi todo el tiempo tratando de conseguir una toma horizontal con los acantilados azotados por el fuerte temporal, haciendo de guía hasta el peñón, pero no acabada de convencerme por lo que decidí moverme.
Encontré una losa de cemento que estada literalmente colgando del acantilado (cosa de la que me enteré después de estar más de 20 minutos encima), y me gustó porque encontré lo que en un principio busqué...una toma vertical entre los acantilados que fuera directamente hacia la curiosa piedra.

Estupendo fin de semana con una excelente compañía, que no hizo más que querer repetir con condiciones más favorables.



Canon 30d, Canon 17-40mm. (a 17mm. f/22 y 298 seg.), trípode Manfrotto, 2 degradados Cokin, cable, burbuja y mucha pérdida de calidad por la compresión.