El mes de Noviembre he tenido la suerte de poder coger unos días de vacaciones, los que he repartido entre el norte y el sur. Primero estuvimos en Asturias y de ahí bajé a Almería, al Cabo de Gata.
La paliza mereció la pena, ya que Cabo de Gata es un lugar mágico para los amantes de las tomas marinas y nocturnas.
Esta toma pertenece a la Cala Carbón, una pequeñísima cala de piedras rojas y a pesar del la época en la que estamos, algunas piedras conservaban esas largas melenas de verdín.



Canon 30d, Canon 17-40 (f/16, 15 segunados), dos degrados, trípode, burbuja y cable.