Esta toma, al igual que la entrada "Haciendo lo que no se debe" y "La cara de la Ola Fósil", la saqué en el Taller de Rosa Vázquez y Jose Antonio Fernández Salas.

Esta iglesia está situada en las Salinas, una gran charca que sirve a las aves de refugio, además de estar situada a poca distancia del famososo arrecife de las Sirenas.

Llegamos allí todos juntos y realizamos una toma todos juntos, para que aquellos que nunca hubieran hecho este tipo de fotografía tomaran contacto. Yo no pude evitar la tentación de hacer un contrapicado con un gran angular prestado.

El frío era horroroso, y junto a un par de buenos amigos aguantamos el gélido frío que soplaba en esa zona. La luz de las farolas cercanas se juntó con la de la luna, por eso el resultado de la toma tiene varias temperaturas de color, especialmente apreciables en las rojizas sombras.



Canon 30d, Tokina 12-24 (a 12mm, f4.5 y 330 segundos), Trípode, cable y burbuja.