Cuando algo es inesperado te sorprende, y más cuando estás en el coche de vuelta tras una sesión poco productiva.

En Navidad recibí la visita de Mertxe Alarcón y Sergio Masdeu, y quería enseñarles un precioso hayedo que hay en el P. N. del Gorbea. A pesar de que habían dado nubes por la mañana, amaneció con el cielo raso, y ya sabemos qué quiere decir eso en bosque.

Decidimos movernos a otro lugar, y cuando íbamos con el coche por la pista, apareció una lengua de niebla que nos dejó inmóviles. Cada vez había más y más por lo que saltamos del coche a por el equipo. Puse el tele corto porque quería aislar unos árboles y además al no tener que acercarnos tanto, la sensación de niebla es mayor.

Una imagen que en condiciones normales sería más bien mediocre, con la niebla y el sol elevándose tras ella, me dejó una atmósfera cálida muy misteriosa. Tirar sin trípode es algo que me costó, ya que es un elemento básico en mi trabajo, y por este motivo cometí un par de fallos que con calma lo hubiera solventado fácilmente.
Al margen de la composición (la valla nos expulsa de la fotografía), el primer fallo técnico fue el punto de enfoque. Por la expectación del momento, al igual que un principiante puse el punto de foco casi en el árbol por lo que la vaya del primer plano no está perfectamente nítida, cosa que se hubiera solventado adelantando un poco el punto de enfoque.
Y el segundo y tal vez menos importante, con un degradado en el cielo, le podría haber dado algo más de luz a la parte inferior...



Canon 30d y Canon 70-200 f/4 (a 81mm f/10, 1/640 e ISO 400).

Como siempre, me di la vuelta para comprobar qué efecto tenía esa luz cálida, y vi un solitario árbol entre la niebla. Decidí realizar un clásico encuadre con el elemento descentrado y ajusté la distancia focal para que el tamaño de éste fuera lo suficientemente grande para que no perdiera fuerza la composición.



Canon 30d y Canon 70-200 f/4 (a 84mm f/10, 1/640 e ISO 400).

Para maximizar el tipo de fotografía, me interné entre una zona arbolada, traté de jugar con los delgados troncos en diferentes planos focales. Con el teleobjetivo la imagen quedaba demasiado plana para mi gusto, por lo que calcé el angular.
Mis primeras imágenes fueron cogiendo poca fracción de tierra, pero me di cuenta que la composición ganaba muchísimo colocando algún tronco en primer plano, ya que a pesar de ser un contraluz se vislumbran perfectamente...el resultado me gustó, y me recordó al estilo de láminas fotográficas que tienen en Ikea.



Canon 30d y Canon 17-40 (a 40mm f/9, 1/640 e ISO 400).