La quincena vacacional que disfruté en Julio la exprimí al máximo y pude escaparme un par de días a la costa asturiana. A pesar haber estado en contadas ocasiones, siempre me ha maravillado lo que he visto...desde la impresionante Playa del Silencio (no pude hacer fotos) hasta el Parque Natural de Somiedo.

Tal vez lo que la hace tal especial es la poca explotación a la que está sometida, al menos comparada con Vizcaya. La costa es una sorpresa tras otra, para acceder a las calas o playas en muchas ocasiones hay recorrer bastantes kilómetros por pequeñas pistas de piedras y tal vez si cogemos una desviación que pasa entre dos pequeñas casas tengamos la suerte de encontrar todo un paraíso exclusivo para los lugareños...eso sí, en muchos casos volver se me antoja complicado.

En fotografía podemos segmentar un paisaje en tres zonas...el primer plano, el plano medio y el fondo.
Suele ser habitual tener cubiertos los dos primeros planos y el fondo vacío de elementos, el cuál solemos rellenar con un cielo lo más voluminoso posible.

Explico esto porque cuando los tres planos se llenan, conseguimos una foto con mucha información y con una composición más armónica.
Al llegar a la cala, la marea estaba alta, por lo que casi no había rocas que se dejaran ver por encima del agua, así que tocó mojarse más de lo habitual.
Localicé una hilera de piedras que junto con los elementos del fondo realizaban una circunferencia, un recurso bastante utilizado en fotografía.
Al haber todavía bastante luz empleé el filtro de densidad neutra que me permitió pasar de una obturación de 1/15 de segundo a más de 30 segundos...aportando un poco de movimiento a la toma.



Canon 5d Mark II, Canon 17-40 (a 22mm, f/11, 37 segundos e ISO 100), filtro densidad neutra de 9 pasos, degradado neutro de 3 pasos y trípode.

Dejando las piedras al margen, cambié un primer plano fijo por otro variable...la caprichosa forma que dibujaban las olas.
En un principio introduje arena y algas, pero como casi siempre me quedé con la toma que no tenía en al cabeza y más me sorprendió al verla en pantalla.



Canon 5d Mark II, Canon 17-40 (a 17 mm, f/13, 1.6 segundos e ISO 100), filtro degradado neutro de 3 pasos y trípode.

Con la peña del fondo ya retratada desde todos los ángulos, en uno de los extremos de la playa la bajada de la marea me posibilitó poder entrar a una pequeña cueva marina.
A pesar de saber que la marea estaba bajando el agobio de quedarte atrapado era enorme y no me dejó disfrutar del momento y del potencial del lugar, pero una vez que salí me senté en una piedra, limpié el equipo por encima del salitre y me comí el merecido bocata junto a mis inseparables manzanitas!! :-D



Canon 5d Mark II, Canon 17-40 (a 27mm, f/16, 20 segundos e ISO 50), filtro degradado azul de 2 pasos y trípode.