"Antes de que la noche precediera al Sol, ya vagaba Ella entre las sombras que proyectaba la Luz al incidir sobre todo lo que era. Quería la Luz ser dueña de lo que existía bajo su manto, llenarlo todo, atravesarlo sin dejar resquicio alguno a la sombra, no permanecer ausente de ningún rincón. Volaba de un lugar a otro conquistando cada momento más terreno, aprovechando el más mínimo reflejo para invadir con su blanca claridad los lugares de la Tierra, por más recónditos que fueran. Hasta tal punto creció su ambición, que quiso penetrar en la Oscuridad Primitiva, donde nunca nadie había puesto antes el pie, ni humano ni de otra naturaleza. Pero entonces, en el umbral mismo de aquel Reino, salió Ella al encuentro, envuelta en un manto color azabache, infinito, tapizado de estrellas tintineantes y coronada por una diadema en forma de media luna, con un leve fulgor blanco iluminando su larga cabellera negra.

- Déjame pasar, gritó la Luz, pues traigo el calor y la luminaria a esta región que no conoce mi don.
- El Reino del Silencio y de la Sombra no precisa de tu don, repuso Ella.
- Si te opones a la luz, entraré en tu reino a la fuerza y lo destruiré hasta no dejar de él sino un recuerdo que perecerá con el tiempo.
- Si entras a la fuerza, no conseguirás sino perder tu cualidad de atravesar los seres, te mirarás en la sombra sin lograr llegar del todo a ella y...
- ¿Y qué?, dime, ¿crees que podrás detenerme con palabras que amenazan desde un reino de oscuridad?
- ...y sólo serás dueño de la mitad de tu Reino mientras yo moro en la otra mitad; mas, cada vez que creas haber recuperado lo que perdiste, caerá mi poder sobre la región que dejaste olvidada en tu conquista. Pues que a partir de entonces, si te decides a invadirme por la fuerza, tu luz sólo será lo que no permanece en mi sombra, y no algo que luce sin dejar espacio ni tiempo a nada más.

La Luz no conocía a Noctiluca, nunca antes la había visto, aunque intuía que era Ella la que se movía entre las sombras que había ido conquistando desde el principio. Subestimó su poder, hizo caso omiso a su advertencia y entró por medio de la fuerza en el Reino del Silencio y de la Sombra, donde nadie antes había osado poner un pie.
Noctiluca no opuso resistencia a la hostilidad de la Luz, se desvaneció ante ésta en silencio y dejó hacer.

-¡¡Por fin reino sobre todo aquello que existe bajo mi manto, he desterrado a la sombra de todos los confines de este mundo!!, exclamó la Luz con voz triunfante y poderosa.

Aún se escuchaba el eco de su voz en las montañas más elevadas, cuando la noche, la primera noche de la Tierra, inundaba entre las sombras todo espacio conocido, bajo la mirada serena e imponente de la Reina Noctiluca. Y la Luz volvió su mirada al cielo, por vez primera, sin poder penetrarlo, miró hacia aquel trozo de disco blanco en que sólo pudo ver su propio reflejo. Y comprendió, aunque ya era tarde... y de noche."



Llevaba tiempo queriendo presentar a un escritor que me embaucó desde que casualmente le descubrí, un cazador de palabras desde el silencio como él se define, que texto tras texto consigue transmitir de manera magistral aquello que no siempre es fácil expresar...los sentimientos. Os recomiendo encarecidamente la visita al blog de El Chiado y desde aquí agradecerle la amabilidad mostrada para emplear su entrada Noctiluca, que seguro no será la última.





A pesar de que no me gusta mucho explicar el cómo de las imágenes para que no pierda fuerza aquello que quiero transmitir, en este caso ante las dudas suscitadas al enseñar la imagen quiero matizar que es una imagen nocturna que fusiona la luz natural ambiente junto con la luz artificial de un flash.

Canon 5d MkII, Canon 17-40 (a 22mm, 51 segundos, f/4 e ISO 800) y flash empleado a contraluz.