Hay momentos en los que si la meteorología es muy adversa, es complicado fotografiar y sobre todo sacar satisfacción del momento.

El problema era que había que limpiar la lente cada poco tiempo, y en muchas tomas la fotografía está con alguna gota o simplemente mal limpiado el objetivo.

La iluminación era muy homogénea por lo que no era necesario ningún filtro degradado para el cielo, pero al estar todo el suelo de hojarasca empapado, el uso del polarizador era necesario para evitar los reflejos en las hojas e intensificar un poco los colores.
El río bajaba con mucha fuerza, y los nudos del agua hacía que surgieran líneas en el cauce que me ayudó a compensar la parte derecha de la fotografía.

Lamentablemente acabé con la mochila calada y la óptica condensada, pero creo que sin duda valió la pena.



Canon 30d, Canon 17-40mm. (a 17mm. f/13, 2segundos e ISO 100), trípode, polarizador, cable y burbuja.




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