Con la llegada del verano las desiertas playas del norte cobran una inusitada algarabía y por todos es sabido las complicaciones que muchas veces supone ir a pasar una jornada playera, en especial por la dificultad que entraña la compleja acción de aparcar nuestro vehículo, por lo que en muchas de ellas durante la época estival se establece una zona azul de pago por estacionamiento a fin de evitar esta problemática.

Concretamente el Ayuntamiento de Mutriku comienza con una breve introducción en su Ordenanza del Servicio Municipal de Estacionamiento Regulado (O.T.A.) para la playa de Saturrarán en la que señala lo siguiente:

“El Ayuntamiento de Mutriku, en el ámbito de sus competencias, puede promover toda clase de actividades y prestar cuantos servicios públicos contribuyan a satisfacer las necesidades de los vecinos.
Es por ello que, al atender a la demanda de estacionamiento, así como la clara influencia de éste en la calidad ambiental y su repercusión en la fluidez de los transportes públicos y del tráfico en general, lleva a tratar de normalizar el aparcamiento obedeciendo a criterios de justa distribución de necesidades, de uso de los espacios disponibles y de repercusiones económicas entre todos los ciudadanos.”

El decreto continúa con una serie de artículos en los que básicamente regula la zona de pago de la citada playa guipuzcoana y establece los artículos que desglosan las obligaciones que tenemos que acatar como usuarios de este parking.

Para los que no seáis de la zona, el mes de Julio está siendo uno de los más lluviosos de la historia, remontándonos hasta 1960 para encontrar un mes con similares días de lluvia en Euskadi, en el momento de la noticia iban 20 de 26, una cifra que tiene más que ver con el otoño si le añadimos las frescas temperaturas vividas.

Concretamente el domingo 17 de Julio fue uno de esos días de tiempo revuelto y continua lluvia, y a pesar de que estos factores no son los óptimos para acercarnos a la costa a hacer fotografías, las ganas a veces pueden a la razón y a primera hora de la tarde me personé en esta peculiar playa que está literalmente cortada por la frontera de Vizcaya y Guipúzcoa.

Al llegar, como os podéis imaginar los coches que habían se podían contar con los dedos de una mano y seguramente alguno pertenecería a los socorristas o a esos vecinos de los que hemos hablamos anteriormente, me dirigí a unas casetas que están a escasos 100 metros y los pocos momentos en los que la lluvia dio una tregua o amainó aproveché a hacer alguna fotografía, que a pesar del mal tiempo el cielo se presentaba con un volumen espectacular.

Calado y de vuelta al coche me llamó la atención un papel doblado por el agua que estaba en mi limpiaparabrisas y mi sorpresa al ver la multa o como lo denomina la ordenanza, sanción, fue monumental.

Quizá sea ese afán de cumplir con la legalidad y desempeñar la premisa de facilitar el aparcamiento a vecinos, reducir el impacto medioambiental y mejorar la fluidez de los vehículos lo que les llevó a sancionarme, en una zona que únicamente tiene vigencia los meses veraniegos, un día en el que no había nadie en la playa y llovía a mares, o quizá sea precisamente el dato de ser uno de los peores veranos lo que incitó a tratar de recaudar lo máximo posible en vista de que seguramente las estimaciones de ingresos monetarios no se habrán cumplido y no os penséis que es una pataleta por tener que pagar la anulación de la sanción merecida, sino porque considero que es un hecho injusto.


Para los que os gusten los datos técnicos:
Canon 5d MarkII, Canon 17-40 (a 23mm, f/11, 59 segundos e ISO 50), densidad netura de 10 pasos y degradado neutro de 3 pasos.







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